"...La Morocha..."

martes, abril 25, 2006

"Lenta despedida"


Dormía y podía verse en su rostro el cansancio. Por momentos sudaba y el frío se apoderaba de sus huesos… ella no apartaba sus ojos de él, ni por un segundo, estaba asustada, las manos le temblaban y estaba débil… no probaba bocado desde que habían llegado.
El silencio era el único compañero de sus respiraciones y sus manos apretadas, por momentos, era el único lenguaje.
El cuarto que les había tocado estaba impregnado de humedad, todo era incierto, la incertidumbre se paseaba entre las sabanas gastadas.
Ella dejaba que sus lagrimas rodaran entre las cuentas de un rosario que atesoraba desde niña y que había sido cómplice de todas sus penas.
Los pasos cansados de una mujer se oyeron a los lejos, ella esperaba ansiosa que la puerta se abriera, hubiese abrazado hasta a un desconocido… Aquellos pasos se oían cada vez mas lejos…
El entreabrió sus ojos y la vio llorar, intento hablarle pero la voz se le quedaba en la garganta. Cerró sus ojos con una mueca de desesperación.
Los vidrios estaban empañados y el frío ya se hacía notar… ella sentía el ahogo de la soledad. Por momentos hacia un circulo con su pañuelo y espiaba desde aquella ventana el poco movimiento que había en la ciudad… vió como una a una se apagaron las luces y como una a una se volvieron a encender…
Fue su única distracción durante horas, solo su cuerpo cansado y tembloroso la hacían sospechar que las agujas de su reloj giraban como siempre…
Un grito de dolor de él la hizo volver a ese cuarto frío y húmedo… su voz ahora quería salir…
La miro con mas amor que de costumbre y le dijo: “decile que venga por mi”
Ella comenzó a llorar y mirándolo con un hilo de voz le dijo: “no puedo”
Los pasos cansados de una mujer se oyeron a los lejos, esta vez se acercaban con crudeza, la puerta se abrió tenebrosamente y la voz ronca de aquella mujer terminó con la paz: “es tu hora”, le dijo… "es tu hora", repitió… El la miró por última vez y cerró los ojos resignado…
Ella no recuerda qué hizo con su dolor... Nunca más supo sobre aquella mujer… nunca más, hasta que vino por ella… 30 años después

1 Comments:

  • At 10:48 a. m., Blogger Marce said…

    Bueno, sin palabras, al leerlo fui casi un testigo presencial de este cuadro tan triste que has conseguido dar vida en un texto muy vivo, muy real, he visto cada gesto, he vivido cada momento, de verdad, ha sido toda una experiencia...
    Felicidades, sabes que me cuesta leer, pero cada vez que te visito no me arrepiento...Te quieroooooo

     

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